MÉXICO PREHISPÁNICO
Los olmecas:
A lo largo de más de un milenio de cultura olmeca se desarrolló y llegó a su fin, dejando un mudo testimonio de su magnificencia las enormes esculturas monolíticas en piedra volcánica. Los olmecas se asentaron en los modernos estados de Veracruz y Tabasco, en un área que conocemos como la zona nuclear olmeca, la cual abarca desde el río Papaloapan hasta el río Tonalá. En este rico medio ambiente subsistieron con base a la agricultura de maíz y se dedicaron al intercambio y al comercio con otras regiones de Mesoamérica muy distantes, llegando a influir en éstas las preferencias artísticas y quizá religiosas. El talento artesanal de los olmecas ha quedado reflejado en su escultura monumental y en los objetos portátiles como espejos de magnetita, obsidiana, cuentas y colgantes de piedra verde, esculturas portátiles, hachas y adornos que intercambiaron con otras áreas. Como testimonio de su importancia dentro del comercio mesoamericano, los olmecas obtuvieron bienes provenientes de todos los extremos de la Mesoamérica del Preclásico.
Los aztecas:
El comercio de los aztecas se basaba principalmente en el trueque. Además que posiblemente habrían existido ferias en el imperio al igual que en el imperio incaico. Normalmente los comerciantes mexicas intercambiaban productos de Tenochtitlan y alrededores para conseguir productos de lujo de las otras ciudades y naciones. Por la cantidad de población y los datos indirectos se cree que Tenochtitlan en su época de esplendor era el mercado más grande del mundo, y se ubicaba en la plaza central de Tlatelolco comercializaban con esclavos, prisioneros de guerra, cacao, frutas exóticas, etc.
La generación de excedentes, producto del cultivo de chinampas, permitió el desarrollo del comercio de artículos artesanales. Intercambiaban objetos labrados en oro y plata, cerámica, adornos de plumas y tejidos de algodón.
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